El recientemente inaugurado Paseo del Bajo en la Ciudad de Buenos Aires, la conexión que busca ordenar el tránsito de camiones que saturan la zona aledaña al puerto de Buenos Aires, y vehículos particulares ,permitiendo una conexión fluida entre el norte y el sur apenas horas después de que se lo habilitara, se comprobó que era demasiado angosto.
El corredor vial de 7,1 kilómetros conecta las autopistas Illia y Buenos Aires-La Plata con carriles exclusivos para el tránsito pesado y accesos rápidos y directos a la zona del puerto de Buenos Aires y a la Terminal de Retiro.
Los transportistas que habitualmente circulan por la Ciudad de Buenos Aires esperaban la habilitación de esta vía para transitar con comodidad y se vieron sorprendidos por el escaso espacio en los empalmes que ocasiona embotellamientos dado a que tienen que reducir la velocidad a paso de hombre y configura un cuello de botella, que detiene la marcha de los camiones, donde pasan de a uno.
Dicha circunstancias se dan en las conexiones con la Autopista La Plata Buenos Aires y la Autopista 25 de Mayo, continuaciones “naturales” hacia Provincia, lugar donde los camiones se atascan ya había sido advertido por el ingeniero civil y economista Manuel Solanet quien mantuvo reuniones con personal técnico de la Ciudad y que dio aviso de las limitaciones del proyecto, concretamente les advirtió que “la calzada era angosta y que iba a generar embotellamientos de camiones”, expresiones vertidas en el transcurso de una exposición sobre la Infraestructura y los servicios de la Ciudad de Buenos Aires.
Manuel Solanet Ingeniero civil, advirtiendo en conferencia lo que terminó sucediendo.
Llamativamente no se lo escuchó.
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