El Día Mundial de los Océanos fue propuesto por primera vez el 8 de junio de 1992 por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), durante la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro y el 5 de diciembre de 2008 la Asamblea General de las Naciones Unidas, a través de la Resolución 63/111 “Los Océanos y los Derechos del Mar”, decidió designar el 8 de junio como el Día Mundial de los Océanos y empezó a ser conmemorado a partir del año 2009, con el objeto de crear conciencia sobre el papel crucial que ellos desempeñan en nuestras vidas y también para dar a conocer las distintas maneras que las personas pueden ayudar a protegerlos.
La República Argentina, como integrante del Consejo de la Organización Marítima Internacional (OMI), reafirma su continuo compromiso ante la comunidad internacional para contribuir a la seguridad de la navegación y a la sustentabilidad ambiental de las actividades que se desarrollan en el mar.
Los océanos son los pulmones de nuestro planeta, de ellos surge la mayor parte del oxígeno que respiramos. Cada 8 de junio el propósito es concientizar a la opinión pública sobre las consecuencias que la actividad humana tiene para los océanos; y movilizar y unir a la población mundial en torno al objetivo de la gestión sostenible de los océanos, que son una fuente importante de alimentos y medicinas y una parte esencial de la biosfera.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) se manifestó en ocasión del Día de los Océanos asegurando que “cuando pensamos en los riesgos para la salud pública, es posible que no pensemos en el océano. Sin embargo, cada vez más, la salud del océano está íntimamente ligada a nuestra salud. Algunos pueden sorprenderse al saber que organismos descubiertos a profundidades extremas se utilizan para acelerar la detección de COVID-19, y lo que podría ser aún más asombroso, que este es un ecosistema que podría dar una solución a la Humanidad”.
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