Ante la aparición de numerosos cetáceos en la costa del Golfo San Jorge, entre las localidades de Comodoro Rivadavia y Rada Tilly, un grupo de científicos del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) en el Centro Nacional Patagónico (CENPAT) y de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco (UNPSJB) estudian este fenómeno desde hace algunos años.
El equipo, integrado por investigadores y becarios del Centro para el Estudio de los Sistemas Marinos (CESIMAR) y del Departamento de Biologia y Ambiente de la Facultad de Ciencias Naturales y Ciencias de la Salud (FCNyCS) de la universidad patagónica, logró determinar que se trataba de ballenas sei (Balaenoptera borealis), una especie en peligro de extinción, pero con una población creciente.
Una vez que los especialistas estuvieron seguros de qué especie se trataba, comenzó una segunda parte que consistía en conocer los movimientos de las ballenas, de dónde llegaban, durante qué época se quedaban y cuál era el motivo de su estancia en aguas chubutenses.
“Fuimos anexando más información, hicimos estimaciones de abundancia con transectos aéreos, incorporamos rastreadores satelitales y nos encontramos con que, básicamente, vienen a comer bogavante (un crustáceo similar a la langosta)”, explicó el investigador Mariano Coscarella.
Los científicos realizaron una serie de vuelos entre noviembre de 2021 y mayo de 2024 y notaron que, en temporada baja y para una zona de unos 5 mil kilómetros cuadrados, había unos 700 animales. Pero cuando realizaron la estimación de abundancia en temporada alta (entre abril y junio) dio como resultado unas 2.700 ballenas, un número muy importante.
“Empezamos a evaluar las posibilidades de generar un producto que ingrese al circuito turístico de naturaleza costera de Chubut. Contamos con el apoyo de los municipios de Rada Tilly y Comodoro Rivadavia, y del Ministerio de Turismo y Conservación de Áreas Protegidas de la provincia, recibimos financiación privada de muchas instituciones y comenzamos a buscar si había gente interesada desarrollar este producto”, agrega Coscarella.
De esta menera, cuatro prestadores locales que tenían intención de brindar paseos náuticos, en principio, para pesca y caza submarina, fueron contactados por los científicos, quienes les contaron del proyecto y los convencieron de orientar sus emprendimientos hacia el avistaje de ballenas.
Si bien los prestadores ya se encuentran habilitados por la provincia del Chubut para realizar paseos náuticos, aún falta cumplir con ciertos requisitos para que se pueda comenzar a realizar el avistaje de ballenas.
Teniendo en cuenta que la temporada alta de ballena sei se da en los meses en que no hay ballenas francas en el Golfo Nuevo (junio a diciembre), a partir de esta iniciativa la provincia de Chubut podría explotar el turismo ballenero a lo largo de todo el año.
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