Luego de dos días de navegación realizando el cruce del Pasaje de Drake, el rompehielos ARA “Almirante Irízar” arribó durante la madrugada del lunes a la base conjunta antártica Esperanza.
Allí comenzaron las tareas de logística, que implicaron la labor del Grupo Aeronaval Embarcado (GAE) y del Grupo Playa.
Uno de los helicópteros Sea King, se elevó desde la cubierta de vuelo del rompehielos comenzando con la descarga de 200 m³ de GOA (Gas Oil Antártico). Esto se realizó en sucesivos vuelos divididos en dos turnos, uno por la mañana y otro por la tarde.
En las embarcaciones menores se transportaron 70 m³ de carga general compuesta por víveres secos y frigorizados, materiales de construcción, entre otros. Aquí participaron los dos botes MK6 y una lancha EDPV.
Erigida sobre el suelo rocoso en Punta Foca, Esperanza es una de las bases antárticas argentinas permanentes, cuya administración depende del Componente Terrestre.
El glaciar Buenos Aires es otro de los puntos de acceso a la base, además del marítimo. Allí suelen aterrizar los aviones Twin Otter que realizan vuelos sujetos a las ventanas meteorológicas.
La base Esperanza es reconocida por poseer un asentamiento donde habitan familias que eligen vivir durante un año en el continente blanco. La primera experiencia data del año 1978, con la instalación del Fortín Sargento Cabral que albergó a siete familias. Así, Argentina es el primer país en documentar un nacimiento antártico. Se trata del argentino Emilio Marcos Palma, quien llegó al mundo en enero de 1978. A él le siguieron siete “nativos antárticos” más; convirtiendo al país en el único que posee ciudadanos nacidos en la Antártida continental.
La base antártica cuenta con más de cuarenta edificios, entre los que se encuentra el Laboratorio Antártico Multidisciplinario Esperanza (LABES) donde se realizan tareas científicas en el área de glaciología, geología, paleontología, limología, gestión ambiental, mareografía y biología. Además, hay una estación meteorológica y una sismológica, operada por convenio con el Observatorio Geofísico Experimental de Trieste, Italia.
Comentarios