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BID: Exportaciones América Latina y El Caribe indican signos de contracción en algunos sectores clave

Tendencias presentan un patrón de fragilidad asociado a la evolución de los precios de exportación

Las exportaciones de bienes de América Latina y el Caribe se recuperaron rápidamente del impacto comercial inicial de la pandemia. El incremento del valor exportado en 2021, estimado en un rango entre 24,8% y 27,8%, se condice no solo con un rápido rebote posterior al shock, sino también con un crecimiento neto de las ventas externas. El valor de los envíos superaría así entre un 13% y 16% el nivel de 2019.

Sin embargo, el repunte se concentró en el segundo trimestre de 2021 debido en parte a la baja base de comparación, y a partir de julio se viene observando una persistente tendencia a la desaceleración, señala el reporte «Estimaciones de las Tendencias Comerciales América Latina y el Caribe, edición 2022», del Banco Interamericano del Desarrollo, BID.

De acuerdo con el organismo, las exportaciones de Sudamérica y el Caribe estuvieron sostenidas principalmente por los precios de las materias primas, en un marco de débil expansión de los volúmenes. Por el contrario, en México, la recuperación de los valores exportados estuvo impulsada por el aumento de las cantidades, aunque con un patrón extremadamente inestable. Por su parte, Centroamérica, que había sufrido un impacto menor al principio de la pandemia, aumentó sus exportaciones a tasas relativamente altas.

A futuro, el balance de los riesgos para las ventas externas de la región aparece crecientemente sesgado a la baja. Las perspectivas comerciales dependen principalmente de los nuevos elementos de incertidumbre que están sacudiendo los mercados, la salida de la economía mundial de la crisis determinada por la pandemia y de cómo los factores coyunturales y estructurales afectarán los flujos comerciales de la región. Respecto a los precios, tras haber superado en algunos casos los máximos históricos, a fines de 2021 las cotizaciones de varios commodities sufrieron una marcada corrección. El fenómeno se acentuó en las últimas semanas del año, particularmente en los mercados de petróleo, cobre y mineral de hierro.

El impacto en los precios dependerá también de la evolución de la cotización del dólar.  Si bien es probable que los anuncios de endurecimiento de la política monetaria de los EE.UU. ya hayan sido incorporados plenamente en los precios de los commodities, queda un notable margen de incertidumbre. Un ulterior giro restrictivo a raíz de la aceleración de la inflación podría presionar al alza el dólar y a la baja los precios de las materias primas, con un impacto depresivo significativo en los valores exportados por la región.

Por otro lado, de acuerdo con «el documento la recuperación de los volúmenes exportados por la región se ubica entre las más lentas del mundo, algunas economías aún no han recuperado los niveles anteriores a la pandemia, y los datos de alta frecuencia indican signos de contracción en algunos sectores clave para las exportaciones de la región. Además, se evidencian nuevos riesgos en los principales socios comerciales de la región».

Relación con mercados externos

La evolución de la economía de los EE.UU. afectará significativamente las perspectivas comerciales de la región. Adicionalmente al mencionado impacto del rumbo de la política monetaria sobre los precios de los commodities, aumenta la incertidumbre sobre la solidez del crecimiento económico y sobre el impacto de la variante Ómicron, toda vez que el programa de vacunación contra el COVID-19 se ha estancado.

Por otro lado, en la Unión Europea las perspectivas de crecimiento son levemente más moderadas.  Además, se están multiplicando rápidamente nuevas medidas de confinamiento y el programa de vacunación está atrasado en varios países. Si bien América Latina y el Caribe han mantenido su cuota de mercado, la propensión a importar desde la región ya estaba en una trayectoria descendiente antes de la pandemia, y el dinamismo importador del bloque se ubica entre los más bajos de los socios comerciales de la región.

Entre las economías emergentes, China, cuyo crecimiento ha brindado un fuerte impulso a las exportaciones de la región en la fase de recuperación se está enfriando a una velocidad inesperada, a raíz de la «tolerancia cero» hacia el COVID-19, del impacto de las nuevas políticas ambientales en la oferta de energía, y de la nueva regulación prudencial en el sector inmobiliario con los riesgos que conlleva sobre la estabilidad financiera. Además, dada la incidencia de los commodities en la canasta de exportación al gigante asiático, esta relación comercial es la más expuesta a una eventual contracción de los precios.

En tanto, tras un sólido repunte de la actividad comercial intrarregional, en la propia región aparecen nuevos riesgos para el desempeño comercial. En el plano macroeconómico la mayor incertidumbre está asociada al impacto del endurecimiento de las condiciones financieras internacionales sobre el crecimiento de la región. Estos riesgos económicos se suman al aumento de la percepción del riesgo político por parte de los inversores internacionales en la víspera de un súper ciclo electoral en los próximos tres años.

Perspectivas

En resumen, América Latina y el Caribe han superado rápidamente el impacto comercial recesivo de la pandemia. Sin embargo, las tendencias comerciales presentan un patrón de fragilidad relacionado con la evolución de los precios de exportación y un balance de riesgos crecientemente sesgado a la baja en los determinantes reales de los intercambios. Si bien el índice líder de las exportaciones de  la región aún no permite vislumbrar un cambio de tendencia hacia una trayectoria de contracción en los próximos meses, «los indicadores de alta frecuencia apuntan a una rápida desaceleración del  crecimiento», destaca el reporte.

A juicio del BID, «Sostener el sector externo será por lo tanto clave para apuntalar la incipiente expansión económica en un contexto en el cual los mercados domésticos continuarán sufriendo los efectos de la pandemia  y se restringirán previsiblemente los espacios para políticas económicas anticíclicas, importar  crecimiento desde el resto del mundo por medio del comercio internacional continuará siendo un  elemento central para la reactivación tras la peor crisis económica del último siglo» concluye el informe.

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