El calamar es uno de los recursos más importantes para la industria pesquera argentina dato sobresaliente en este año de sobreabundancia en la Unidad de Manejo Norte.
Un grupo de investigadores de Conicet y el Inidep que estudian y entienden los mecanismos de su dinámica poblacional publicó recientemente un trabajo en la revista académica Fisheries Oceanography, donde reflejan los factores que generan fluctuaciones de reclutamiento, fenómeno del que depende la prolongación de la temporada de pesca para la flota comercial.
La investigación fue llevada a cabo de manera multidisciplinar por la becaria María Luz Torres Alberto y el investigador Eduardo Marcelo Acha, ambos integrantes del Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (IIMyC-Conicet, UNMdP) y del Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (Inidep) junto a Marcela Ivanovic, jefa del programa de Pesquerías de Cefalópodos del instituto, Nicolás Bodnariuk y Martín Saraceno, investigadores del Centro de Investigaciones del Mar y la Atmosfera (Cima-Conicet,UBA), del Instituto Franco-Argentino para el Estudio del Clima y sus Impactos (UMI IFAECI,CNRS, CONICET-UBA-IRD) y del Departamento de Ciencias de la Atmósfera y los Océanos, (FCEN, UBA).
El trabajo, que es parte de la tesis doctoral de María Luz Torres Alberto, incluye aspectos pesqueros, modelos que explican el movimiento de los huevos de calamar desde el área de puesta hasta la de eclosión, el procesamiento de imágenes satelitales y la interpretación de los aspectos oceanográficos.
La investigación «se enfocó en analizar la relación entre la variabilidad de las condiciones ambientales a la que estuvieron expuestas los estadios tempranos -huevos y paralarvas- y su reclutamiento», para lo que fueron utilizados una serie temporal desde 1993 hasta 2017 de datos pesqueros y un modelo basado en productos satelitales.
Los investigadores consideran que la fluctuación de la abundancia del calamar puede estar vinculado posiblemente a causas ambientales durante las etapas iniciales de su desarrollo. Es importante conocer cuáles son esos factores ya que el ciclo de vida del calamar dura aproximadamente un año, tiene un único episodio reproductivo y muere después de este evento.
En el documento difundido por el Conicet señalan que el calamar «posee un ciclo vital altamente energético; son voraces, por lo que ecológicamente se los considera oportunistas, es decir que se alimentan de cualquier organismo que tenga el tamaño para ser su alimento y esto se traduce en la variabililidad de su dieta que se adapta rápidamente a los cambios durante su corto ciclo de vida».
Los científicos reportaron que el calamar realiza extensas migraciones y tienen un crecimiento acelerado, llegando a la madurez en un año.
«Conocer a las especies explotadas comercialmente es de gran importancia para la conservación del ecosistema y el manejo apropiado del recurso pesquero. En ese sentido, este trabajo permite conocer un poco más sobre estos organismos de gran interés económico para el sector pesquero argentino y la comunidad internacional», agrega Torres Alberto.
El estudio analizó la serie temporal que abarca 24 años de captura por unidad de esfuerzo (CPUE) de la flota dirigida al calamar y una serie más corta de evaluación del stock pesquero, en índices de reclutamiento, basada en campañas de investigación.
Para conocer las condiciones ambientales a las que estuvieron expuestas los ejemplares de calamar durante sus primeros estadios se utilizaron productos satelitales de temperatura superficial (SST) y altura del nivel del mar.
Con toda esta información modelaron la deriva de las masas de huevos a lo largo de la plataforma externa y talud, considerando las dos posibles áreas de desove: Patagonia y Sur de Brasil, para estimar el reclutamiento anual según las condiciones para cada año a lo largo de la serie temporal.
Los investigadores han podido identificar varios stocks de esta especie según la época y área de desove, pero el stock surpatagónico (SSP) es el más abundante y es el principal sostén de la pesquería argentina, representando aproximadamente el 80 por ciento de las capturas anuales. Este año la mayoría de capturas las aportó la Unidad de Manejo Norte, con el stock bonaerense norpatagónico.
La reproducción del SSP tiene lugar en otoño-invierno, pero existen controversias en cuanto a la ubicación del área de desove. Una vez desovadas, las masas de huevos y paralarvas recién eclosionadas dependen de las corrientes para alcanzar condiciones de temperatura y alimentación favorables para su desarrollo.
Los resultados de la investigación apoyan la hipótesis de la existencia de un área de desove patagónica e indican que el reclutamiento del SSP está asociado a tres procesos vinculados a la dinámica de las corrientes en la región: el transporte, la temperatura y la retención sobre la plataforma continental.
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