Pese a las distancias, a que uno está en Buenos Aires y el otro en Estados Unidos, Fernando Gago y Daniel Angelici se mueven por estas horas con algo en común que circula por sus cabezas: la reunión que el presidente de Boca quiere tener con el jugador cuando el plantel regrese de su pretemporada en el país norteamericano. La nueva lesión muscular grado 2 en el isquiotibial de la pierna derecha que experimenta el volante, que estará unas tres semanas afuera, lo hizo retornar al país antes de tiempo para recuperarse en el Complejo Pompilio con un ánimo para nada bueno: no pudo llevar la puesta a punto como él pretendía y en el plantel lo notaron muy mal anímicamente en las últimas horas que estuvo en Sarasota. Puertas adentro, incluso, hay versiones de que el futbolista medita retirarse. Es por eso que el encuentro que tienen será especial.
El capitán se imaginó una pretemporada muy distinta a la vivida: había vuelto a las canchas sobre el final del anterior semestre tras recuperarse de la rotura de los ligamentos cruzado anterior y lateral interno de la pierna derecha, empezó los trabajos de pretemporada con algunos días de anticipación a la fecha oficial y viajó a Florida muy ilusionado. No obstante, el físico, otra vez, no soportó las exigencias y día a día fue dejando en claro que no estaba al 100%: «Estuvo muy pocas veces con el grupo», le advierten a LA NACION desde muy cerca del cuerpo técnico. Y el propio Angelici, notoriamente desconcertado y preocupado, dio públicamente un panorama complicado: «Cada vez que un entrenamiento se pone duro, él se va desmoralizando».
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