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Canal de Beagle, no hay controles?

La empresa Canoero de Moreno Preto una vez más pone en riesgo la vida de turistas, nacionales y extranjeros.
Uno de sus catamaranes, al regresar de la pingüinera de la isla Martillo y de la estancia Harberton, en el canal Beagle, «hizo agua» al enfrentar un temporal muy fuerte con vientos del oeste, escoró a babor (inclinó a la izquierda) y debió ser auxiliado.

Hay que destacar que se sabía de la llegada de estos fortísimos vientos y que los modelos actuales de meteorología son muy precisos y confiables, de simple acceso por internet.
Los vídeos y fotos que circularon muestran gente golpeada que debió inclusive, ser asistida en hospital, turistas inmóviles y aterrorizados por la situación que les tocó vivir.
Esto aparentemente es fortuito pero en verdad no lo es.
Si los patrones que comandan estos catamaranes de aluminio no tienen la capacidad de mirar – previamente al zarpe – la meteorología que va a estar presente durante el día, lo debería estar la Prefectura Naval de Ushuaia, informando o hasta impidiendo los zarpes, en esas condiciones de peligro a la navegación.
Además, el patrón es el único responsable a la hora de zarpar, por lo tanto debería tener hombría de bien y responsabilidad profesional como para decirle al dueño de la empresa que no se puede zarpar e iniciar una excursión marítima ante la inminencia de una tempestad.

 

Las fotos borrosas fueron sacadas por celulares «de pasajeros desesperados»

El sistema es perverso: a algunas empresas no les importa nada lo que vaya a suceder, el turista no es avisado que habrá temporal y con tal de cobrarle, todo vale; paralelamente, la Prefectura, vaya a saber por qué, homologa todo esto y hace la vista a un costado para que las empresas facturen a cualquier costo.
En definitiva, y a modo de ejemplo, el turista nacional, jubilado, hace un esfuerzo importante para pagar un carísimo pasaje para ver a los pingüinos y, finalmente, lo que termina viendo una catástrofe  y muy de cerca.
En este caso citado, ni la empresa ni el patrón responsable de la embarcación comunicaron a la Autoridad Marítima lo que estaba pasando a bordo (notable cantidad de agua en el salón de turistas) tuvo que hacerlo un pasajero vía telefónica que alertó al sistema por cuenta propia.
La Prefectura Naval Argentina es responsable de ello porque autoriza estas excursiones marítimas a sabiendas que se avecinan temporales, la pregunta es: por qué lo hace? Tiene interés en esto?
Está esperando que haya víctimas fatales para profesionalizar el sistema y brindar seguridad náutica a los pasajeros turistas?
Corrobora el conocimiento de meteorología y la capacitación de los patrones a cargo de los barcos con centenas de pasajeros a bordo?
Otra vergüenza a ser resuelta, por la gobernación, el municipio y la Prefectura Naval.

Ushuaia y la Tierra del Fuego merecen un turismo marítimo MUCHO MEJOR que el actual.

La noticia llegó a Infopuerto por 5 personas que no se conocen entre si, incluso por un prefecto que estaba en desacuerdo que la embarcación partiera a navegar.

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