Coca Cola, la empresa de bebidas más grande del mundo, se vio envuelta en el desmedido derrumbe del consumo de Argentina debido a las medidas económicas adoptadas por el gobierno.

Por la caída en sus ventas durante las fiestas de fin de año y la temporada de verano, el producto dejó de rotar a los niveles habituales y obligó a la firma a rematar botellas que vencen de aquí a 20 días.

Las embotelladoras de todo el país empezaron, por esta situación, a ofrecer promociones de 2×1 o descuentos del 70 u 80 por ciento en la segunda unidad.

El objetivo es no bajar los precios por unidad y,  tratar de recuperar ventas perdidas con ofertas.

Coca Cola le está mostrando al ministro de Economía, Luis Caputo, que la liberación de precios que fomentó el Gobierno lleva a remarcaciones excesivas, que no planean detener aunque caigan las ventas; que aún quitando promociones, los precios generales no bajarían, como vienen especulando Caputo y el propio Milei y   que al haber liberado precios y viendo que las empresas no compiten entre ellas, el Estado volvió, vía Caputo y Milei, a tratar de tallar en la política de precios de los privados. En síntesis, nada demasiado distinto a lo que hizo el gobierno anterior.

Para la empresa de bebidas no hubo temporada de verano para ellos. Una de las cerveceras más grandes afirmó que no venden casi nada. En la misma situación está por caer la división de aguas de la francesa Danone, que afronta números muy negativos.

En el caso de Coca Cola, desde que asumió Milei los precios subieron casi 100 por ciento, y tienen modificaciones diarias de valores. De este modo, muchos medios locales e internacionales destacaron que, en Argentina, el litro de la gaseosa más famosa es mucho más cara que en ciudades históricamente más vinculadas a precios altos, como las europeas. 

Fuente: Pagina 12