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El FMI califica la perspectiva mundial como «sombría» y a Argentina con crecimiento

De acuerdo con las nuevas proyecciones del FMI, la economía mundial se desacelerará del 6,1 por ciento del año pasado a un 3,2 por ciento durante 2022, lo cual representa 0,4 puntos porcentuales menos que en el último informe de «Perspectivas Mundiales» que realizó el organismo multilateral en abril. 

En el caso de la Argentina, se mantuvieron las mismas estimaciones que en último informe, con un crecimiento proyectado de 4 por ciento para este año y de 3 por ciento para 2023.

El reporte del FMI califica a la situación mundial como «sombría»y remarca que la producción en el mundo «se contrajo en el segundo trimestre de este año, debido a las recesiones en China y Rusia».

«Varios shocks han afectado a una economía mundial ya debilitada por la pandemia: una inflación superior a la esperada en todo el mundo, especialmente en los Estados Unidos y las principales economías europeas, lo que ha provocado condiciones financieras más estrictas; una desaceleración peor de lo anticipado en China, que refleja los brotes y bloqueos de Covid-19; y otros efectos secundarios negativos de la guerra en Ucrania«, señala el informe.

Entre las revisiones a la baja más importantes se cuentan las de Estados Unidos con una reducción de 1,4 puntos porcentuales y 1,1 puntos en China, países donde ahora se espera crecimientos del 2,3 y 3,3 por ciento, respectivamente.

«Una recuperación tentativa en 2021 ha sido seguida por desarrollos cada vez más sombríos en 2022 a medida que los riesgos comenzaron a materializarse», señala el informe.

«El menor crecimiento a principios de este año, la reducción del poder adquisitivo de los hogares y una política monetaria más estricta impulsaron una revisión a la baja de 1,4 puntos porcentuales en Estados Unidos«,

«En China, los nuevos confinamientos y la profundización de la crisis inmobiliaria han hecho que el crecimiento se revise a la baja en 1,1 puntos porcentuales, con importantes efectos de contagio a nivel mundial. Y en Europa, las rebajas significativas reflejan los efectos secundarios de la guerra en Ucrania y una política monetaria más estricta», agrega.

En contraposición, la inflación mundial se revisó al alza debido a los precios de los alimentos y la energía, así como a los persistentes desequilibrios entre la oferta y la demanda, y se prevé que alcance el 6,6 por ciento en las economías avanzadas y el 9,5 por ciento en las economías de mercados emergentes y en desarrollo este año: revisiones al alza del 0,9 y el 0,8 puntos porcentuales, respectivamente.

En 2023, se espera que la política monetaria desinflacionaria haga efecto, con un crecimiento de la producción mundial de solo un 2,9 por ciento, vaticinan los expertos.

«Dado que el aumento de los precios continúa reduciendo los niveles de vida en todo el mundo, controlar la inflación debería ser la primera prioridad para los responsables de la formulación de políticas. Una política monetaria más estricta inevitablemente tendrá costos económicos reales, pero la demora solo los exacerbará», aconseja el FMI.

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