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La botadura del ARA Ensenada: “ahí van los sueños de todas y todos los que formamos parte de esta empresa”

Después de 9 años de la última botadura de una embarcación y de 35 años desde que se puso en agua una construcción para la Armada, el pasado lunes 18 de octubre, trabajadores y trabajadoras del ARS junto a sus familiares, funcionarios y funcionarias nacionales, provinciales y municipales, integrantes del ámbito de la defensa y de la seguridad, empresarios, dirigentes políticos, sociales y sindicales vivieron una verdadera fiesta con el lanzamiento al río de la Lancha de Instrucción de Cadetes de la Armada (LICA), ARA Ensenada.

Para las y los trabajadores, el acto que encabezaron junto al Presidente del  Astillero Rio Santiago, Pedro Wasiejko, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof; el ministro de Defensa de la Nación, Jorge Taiana; el ministro de Producción e Innovación Tecnológica de la provincia de Buenos Aires, Augusto Costa; el Jefe del Estado Mayor General de la Armada, Julio Horacio Guardia; el intendente de Ensenada, Mario Secco, y de Berisso, Fabián Cagliardi y el Secretario General de ATE Ensenada, Francisco Banegas fue motivo de orgullo y emoción.

Leonardo Virostek no pudo contener las lágrimas. Si bien ya pasaron algunos días desde la botadura, se sigue emocionando al recordar el momento. Hace 20 años trabaja en la planta naval. Fue la primera vez que vio junto a sus compañeros una botadura en la Grada 3. Desde hace 35 años no se construía una embarcación en ese espacio destinado a buques militares. Él estuvo a cargo de sacar el perno del seguro disparador, que es el ante último elemento de seguridad que fija la embarcación en la grada. Luego, una guillotina que es accionada por el Jefe de la botadura corta la soga y el buque empieza a deslizarse hacia el agua.

“Nuestro sector tiene un rol protagónico en cada construcción y se sienten cosas fuertes en el momento en el que el barco cae al agua. Y en esta oportunidad más, por lo que vivimos con el gobierno anterior que nos paró los laburos, nos quiso cerrar y muchos compañeros terminamos enfermos por esta situación. Yo sufrí angina de corazón por todo lo que pasamos y ahora vivir este momento tan distinto, con una tranquilidad laboral, donde ves que los trabajos avanzan es increíble. Por eso me van a ver llorar siempre como un nene”, dijo Virostek.

Jorge Buitik, es guinchero de profesión. Al igual que su compañero de Carpinetería, tiene 20 años de antigüedad en el ARS. El lunes 18 su jornada laboral comenzó en la madrugada. Desde la grúa asistió cada una de las maniobras previas a la botadura del “ARA Ensenada”. “No te puedo explicar la emoción que se siente desde arriba de la grúa cuando el buque se desliza por la imada. Ahí van los sueños de todas y todos los que formamos parte de esta empresa. Para mí es un orgullo muy grande. Tengo el compromiso de seguir el legado de mi viejo, ya que soy hijo de un trabajador jubilado de este astillero, que es nuestra familia”.

“La botadura significó el cumplimiento de un sueño que tuve desde que ingresé y me recibí en la escuela técnica del astillero. Gracias a dios no solo estuve arriba de la Lica en el momento de la botadura sino que como jefe de Buques Militares fui parte de la ejecución de la embarcación. Eso fue para mi un gran privilegio y me llena de orgullo y emoción. El compromiso individual con un esfuerzo colectivo es lo que hace que un equipo, una empresa y una sociedad funcionen. Esta celebración es el resultado del esfuerzo y del compromiso de cada trabajador naval”, aseguró Miguel Wolosewicks.

Natalia Pautazo, es egresada del ETARS. Ingresó al astillero hace 9 años. Su primer destino como trabajadora en la planta naval fue el Taller de Estructuras. En 2019 pasó al sector Pintura de Buques Militares. Cuando se le pregunta por la botadura, aprieta los puños. “Sentí mucho orgullo al ver esa embarcación que fue pintada por completo en el sector”, expresó. Y aprovechó la oportunidad para destacar el rol de las trabajadoras que realizan tareas que tradicionalmente fueron consideradas “cosa de hombres”. En ese sentido detalló: “Esa es una de las cosas más lindas que tiene este sector, trabajamos por igual, a la par que los varones: desde cepillar, lijar, y limpiar hasta pintar. No debería ser una novedad, pero día tras día las mujeres seguimos demostrando que estamos a la par en cada trabajo”, sostuvo.

Andrés Coscia trabaja en el sector Pruebas de Tanque de Buques Militares que tiene la responsabilidad de garantizar la estanqueidad del las embarcaciones para que puedan flotar sin ningún inconveniente. El lunes 18 fue una de las pocas personas que estuvieron dentro de la LICA cuando se realizó la botadura. Sólo 24 trabajadores y trabajadoras vivieron ese momento desde la embarcación. Cantos, abrazos, lágrimas. Luego correr hacia los tanques para verificar que el trabajo había sido realizado correctamente.

“Hacía mucho tiempo que no vivíamos una botadura en el astillero y esto fue muy importante para nosotros porque nos permitió volver a encontrarnos con estos sentimientos que se viven en este momento, la adrenalina, la emoción. Que los familiares también puedan disfrutar del trabajo que nosotros hacemos día a día, que puedan conocer el astillero por dentro, que puedan ver un barco de esas dimensiones es algo que nadie se espera. Esto nos da esperanza”, aseguró.

Para Ivana Landriel, que trabaja en el ARS desde hace 17 años, la LICA no fue su primer botadura. Sin embargo, aseguró, “cada una es distinta”. Después de recordar lo dificil que fue la pandemia y lo complejo de adaptar los grupos de trabajo en la cuarentena, recuperó la alegría al rememorar lo que vivió el 18 de octubre: “Mi hijo menor tiene 8 años. Nunca había vivido una botadura y fue muy emocionante contarle al lado del buque todos los trabajos que hizo su mamá”.

La gerencia técnica del ARS con esta embarcación recuperó la capacidad de diseño propio luego de muchas décadas. Para su coordinador, Santiago Sánchez Negrete, “este proyecto involucra muchísima gente, desde Ingenieros de nuestra oficina técnica, técnicos de muchísima experiencia, gente de estructuras, gradas, platos, soldadores, caldereros, control de calidad, supervisores de distintos sectores, carpinteros, cobreros, chapa fineros, pintores, electricistas,  jefes de buque, personal de buques militares, mantenimiento, maniobras, mecánica, banco de pruebas, pruebas mecánicas, pruebas de tanques, entre otros. Me arriesgo a decir que todos y todas estamos más que orgullosos del trabajo que hacemos diariamente y del lugar donde trabajamos”, sostuvo.

Fuente: Astillero Rio Santiago

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