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Mar de Plástico: Como la pesca contribuye a la contaminación del mar

El desarrollo y progreso de la pesca depende en gran medida de la utilización de plásticos. Las cuerdas y las redes confeccionadas con fibras sintéticas son más fuertes y duraderas que las fibras naturales, y pesan menos.

Los materiales de plástico se utilizan en la construcción de embarcaciones (incluida pintura y revestimientos anticorrosión), el mantenimiento de las mismas, las artes de pesca (redes de enmalle, redes de arrastre, trampas y cables) y los cajones para peces.

La contaminación plástica procedente del mar se debe en gran medida al transporte marítimo (35%), con una proporción estimada del 65% del sector pesquero (3,4). Aparte de los productos de un solo uso, plásticos como envases, botellas, utensilios y otros artículos, otra contribución importante proviene del sector pesquero, y corresponden a las artes de pesca abandonadas, perdidas o descartadas (ALDFG por sus siglas en inglés), como redes de enmalle, artes de redes pasivas, etc.

El plástico es un polímero sintético simple formado por moléculas más pequeñas (monómeros), unidas en formación repetitiva.  Pero no todo en este material es maravilloso debido a que los plásticos no se biodegradan, es decir, no hay organismos que lo transformen en materia orgánica. Al no  permanecer intactos en el tiempo,dado que sufren transformaciones, fragmentación, rupturas y desintegración en estructuras más pequeñas llamadas microplásticos (MPs) y nanoplásticos de manera tal que persisten en el ambiente.

Como una amenaza transfronteriza importante, la contaminación marina por plásticos y MPs, como por las ALDFG, son responsables de daños generalizados, degradación directa e indirecta al medio marino, incluyendo una amenaza para la vida marina, desde peces, aves hasta mamíferos marinos. En última instancia, y no menos importante por ello, representa un riesgo para la salud humana, la seguridad alimentaria y los medios de vida, un peligro para la navegación y la seguridad en el mar, y contribuye a la proliferación de MPs en el océano, que muchas veces, terminan formando parte de nuestra alimentación.

Los MPs están presentes en todos los hábitats de la tierra (desde la cima de una montaña a los fondos más profundos del océano), y generan preocupación por la interacción con los organismos vivos y la posible incorporación de los mismos a través de la alimentación de las personas. Esta situación ha dado lugar a una serie de estudios. Muchos de éstos, han confirmado que una amplia variedad de organismos, desde las algas microscópicas hasta las ballenas por ejemplo, pueden ingerir MPs. También se ha podido observar la transferencia de MPs a través de los alimentos, con respuestas negativas en condiciones de laboratorio. Salvo aves, tortugas y mamíferos, el 55 % de estas especies tienen importancia comercial, como mejillón, ostras, almejas y distintos peces (anchoas, anchoítas, merluzas, etc.).

Se ha intentado promover soluciones como los plásticos de origen biológico o artes de pesca biodegradables , pero en ausencia de estándares globales e investigaciones sobre impactos y efectividad, avances en diseño y materiales alternativos con suficiente longevidad para un uso marino prolongado (como lo son las artes de pesca), las propuestas deben abordarse con precaución.

Una buena gestión de política pública, debería establecer claramente roles, conocimientos, datos y mejores prácticas, desarrollando capacidades, actividades y fuentes de financiación.

Es una invalorable oportunidad para abordar suposiciones y deficiencias dentro de las actividades existentes y su efectividad, para poder crear un claro camino para una acción ambiciosa y holística sobre esta fuente decontaminación omnipresente.

 

 

 

Autora: Biologa Chiarandini Fiore

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