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Organismos de Naciones Unidas piden mayor colaboración mundial para acabar con la crisis del cambio de tripulación

La OIT, la OMI, la UNCTAD y la OMS instaron a las partes interesadas a intensificar esfuerzos para resguardar seguridad de la gente de mar

A medida que la pandemia de COVID-19 evoluciona, nuevos retos y variantes preocupantes como Ómicron amenazan con empeorar la difícil situación de los marinos del mundo. El 28 de febrero, cuatro organizaciones de las Naciones Unidas emitieron una declaración conjunta en la que pedían que se mantuviera la colaboración mundial para hacer frente a la crisis de cambio de tripulación que, en algunos momentos dejó a más de 400.000 marinos varados en el mar.

En detalle, la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la Organización Marítima Internacional (OMI), la UNCTAD y la Organización Mundial de la Salud (OMS) instaron a los gobiernos, al sector del transporte marítimo y a otras partes interesadas a intensificar los esfuerzos para salvaguardar la salud y la seguridad de los marinos y evitar las interrupciones de la cadena de suministro durante la pandemia en curso.

Según el Indicador de Cambio de Tripulación de la Declaración de Neptuno, que se basa en los datos de 10 grandes gestores de buques que emplean a unos 90.000 marinos, el porcentaje de marinos a bordo de los buques más allá de sus contratos disminuyó del 9% en julio de 2021 al 3,7% en diciembre de 2021.

Pero el porcentaje se recuperó hasta el 4,2% a mediados de enero de 2022. Tras la designación de Ómicron como «variante preocupante» (VOC), muchos países volvieron a imponer rápidamente medidas como la prohibición de viajar que han afectado a los marinos del mundo, la mayoría de los cuales proceden de países en desarrollo.

El llamado a la acción

En definitiva, las cuatro organizaciones de las Naciones Unidas hicieron un llamado a los gobiernos, a las autoridades nacionales y locales y a todas las partes interesadas, incluidos los empleadores, para que adopten las siguientes 10 medidas fundamentales:

Proporcionar a la gente de mar un acceso inmediato a la atención médica, así como facilitar su evacuación médica cuando no pueda proporcionarse a bordo.

Designar a los marinos como «trabajadores clave», que prestan un servicio esencial, para facilitar los cambios de tripulación marítima y los desplazamientos seguros a través de las fronteras, y reconocer la documentación pertinente para ello.

Dar prioridad a la vacunación de la gente de mar, en la medida de lo posible, en los programas nacionales de vacunación contra la COVID-19 y eximirla de cualquier política nacional que exija una prueba de vacunación contra la COVID-19 como única condición obligatoria para la entrada, de conformidad con las recomendaciones de la OMS.

Proporcionar o administrar las pruebas de COVID-19 y el Equipo de Protección personal   adecuado a la gente de mar, incluidas las pruebas de PCR cuando sea necesario, para facilitar la identificación de los casos a bordo o en el puerto, y para facilitar el movimiento de la gente de mar, incluidos los permisos en tierra y los cambios de tripulación.

Garantizar la aplicación coherente de los protocolos y normas acordados internacionalmente, incluidos los documentos de viaje y de vacunación de la gente de mar, coordinar adecuadamente y tomar medidas para evitar medidas punitivas, multas y costos excesivos.

Adoptar los instrumentos jurídicos más recientes, incluidos el MLC, 2006 y el Convenio sobre los documentos de identidad de la gente de mar (revisado), 2003, enmendado (núm. 185), y garantizar su aplicación.

Aplicar las orientaciones sectoriales de la OMS recientemente actualizadas para la gestión del COVID-19 a bordo de buques de carga y pesqueros, publicadas en diciembre de 2021, que, entre otras cuestiones, destacan la importancia de las intervenciones no médicas, como el uso de máscaras faciales independientemente del estado de vacunación.

Proporcionar, en su caso, certificados de clave pública asociados a cualquier prueba sanitaria a las redes de confianza pertinentes, como la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) para los viajes internacionales.

Seguir colaborando para garantizar que las orientaciones pertinentes se actualicen periódicamente, en consonancia con los avances y la evolución de los conocimientos científicos; y que se establezcan mecanismos para reducir y responder eficazmente a las emergencias médicas en el mar.

Emprender esfuerzos de colaboración concertados para mantener la seguridad de la gente de mar y limitar la interrupción de las cadenas de suministro, así como para evitar la propagación incontrolada de los COV emergentes, que podría prolongar la pandemia y sus amplias consecuencias socioeconómicas.

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