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Parque Nacional Laguna El Palmar: La clave en la lucha contra la deforestación

El Congreso de la Nación convirtió en ley la creación del Parque Nacional Laguna El Palmar, en Chaco, un área de rica biodiversidad que comprende una superficie aproximada de 5 mil hectáreas, de las cuales 3 mil pertenecen a humedales.

El nuevo Parque Nacional, que se encuentra a unos 70 kilómetros de Resistencia, conserva un sector de transición entre las ecorregiones Delta e Islas del Paraná y Chaco Húmedo y es la primera área protegida del sistema nacional en conservar una muestra representativa de la Subregión Microsistemas y Planicies de Inundación del Complejo Bajo Paraguay.  En las áreas de bosques fluviales y albardones se destacan especies como el aguará guazú, pumas y zorros.
Además forma parte del sitio Ramsar Humedales Chaco, de más de 500 mil hectáreas. Es decir que está incluida en la Convención sobre Humedales, conocida como la Convención de Ramsar, que es un tratado ambiental intergubernamental establecido en 1971 por la UNESCO.
Los bosques, fundamentales para la supervivencia humana
Así lo aseguran especialistas de Conicet, (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas), que a través de un informe destacan como fundamental trabajar en la conservación de los bosques porque, al igual que otros ecosistemas “nos dan vida y nos permiten conservar la salud”.
A la vez, advirtieron sobre las amenazas a la que están expuestos estos ambientes como la deforestación, su explotación excesiva, los incendios o las sequías.
Según datos de la Sistema Nacional de Monitoreo de Bosques Nativos de Argentina, el país cuenta con más de 47 millones de hectáreas de bosques, y ese total está distribuido en siete regiones forestales: Parque Chaqueño, Yungas, Selva Paranaense, Monte, Espinal, Bosque Andino Patagónico y Delta e Islas del río Paraná.


En este marco, Infopuerto dialogó con Gustavo Zurita, investigador del Conicet en el Instituto de Biología Subtropical (IBS, CONICET-UNaM), quien destacó que no se trata sólo de cuestiones materiales, como los frutos que son nuestra comida, sino que también brindan sostén a nuestra existencia, principalmente porque cumplen la
función de regular el clima y proteger los suelos fértiles. «Necesitamos los bosques para sobrevivir», subrayó.

Para el investigador, la conservación de los bosques es una responsabilidad de todos y al respecto expresa que le  «gusta pensar que nosotros estamos alquilando nuestro tiempo en la tierra, y cuando uno alquila y luego devuelve, lo deja en buen estado y así debería ser con el medioambiente. Es una injusticia tremenda condenar a las generaciones futuras» . «Ante la tragedia del cambio climático, necesitamos de los bosques para que regulen el clima. A medida que van desapareciendo, las consecuencias son cada vez más notorias. También para la conservación de especies animales. Muchas de ellas no pueden vivir sin los bosques, por eso cuando los cortamos ya sea para ampliar ciudades o para el desarrollo de la agricultura industrial, los estamos poniendo en riesgo y alterando todo un equilibrio del que nosotros también dependemos”, advirtió.

La deforestación:el gran peligro

Por otro lado, Zurita detalló que la eco región del Chaco tiene una de las tasas de deforestación más altas del mundo y esa pérdida y fragmentación del hábitat es crítica para las especies de animales que estudiamos.
«Es imposible pensar nuestra propia supervivencia sin las funciones que brinda la naturaleza, como la polinización de los cultivos, el ciclado de los nutrientes en el suelo o el almacenamiento de carbono para mitigar el cambio climático», concluyó.

Valor cultural e histórico

El Parque protegerá un sector con notable biodiversidad pero, además, se trata de un lugar de un importante valor cultural e histórico por haber sido escenario de la Guerra de la Triple Alianza. Posteriormente perteneció a la compañía azucarera Las Palmas del Chaco Austral.
Alberga diversos ambientes como lagunas, esteros, cañadas, pastizales, selva en galería, palmares de palma blanca o caranday, bosques de aliso de río y sauce criollo y bosques de madera dura o monte fuerte.
En el Parque se destaca el ambiente de la laguna como humedal de importancia asociado a los palmares de palma blanca o caranday que le da su nombre a este ambiente acuático.
Además de los palmares, los pastizales y selvas en galería constituyen la vegetación dominante que se desarrolla entre lagunas y esteros. Su amplia y variada flora incluye la rara y bella pacourina, un cactus que crece con hábito
palustre en las costas de esteros y lagunas y que, hasta el momento, sólo fue detectado en esta área protegida.

El proyecto de ley de creación del Parque había recibido media sanción del Senado el 30 de junio de 2022 y hace unos días lo convirtió en ley la Cámara de Diputados por una contundente mayoría de 190 votos.

Animales que alberga El Parque

El Parque alberga mamíferos como el guazuncho, el oso melero, el carpincho, el zorro de monte, el lobito de río, el aguará guazú, el puma, el yaguarundí, el mono aullador y el miriquiná. También cuenta con anfibios y reptiles como la yarará de la cruz, la yarará chica, el cascabel, el ñacaniná de agua, la boa curiyú, los yacaré negro y overo, la iguana o lagarto overo y diversas lagartijas.


Los peces son muy abundantes, según los registros realizados el año pasado, y destacan el dorado, los surubí atigrado y a lunares, la boga, el pati, el manguruyú, el sábalo, las rayas de río, la palometa, el pacú y diferentes especies de mojarras y morenas.
La región resguarda especies con distintos grados de amenaza, superando su avifauna las 200 especies registradas hasta el momento. Se destacan las águilas coronada y pescadora, el tataupá listado, el jabirú, los pato real y crestudo, la chuña de patas rojas y la choca listada, entre otras especies.
Esto transforma el espacio, junto al resto de las reservas, en un aporte trascendente en la lucha contra el calentamiento global.

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