El índice de pobreza trepó en los primeros seis meses del año a 35,4 % de la población , y con una indigencia del 7,7%.

En las ciudades portuarias se acentúa la triste realidad de un país que con recursos para alimentar a 400 millones de personas no puede hacer frente a este flagelo.

Hoy el puerto marplatense  es sinónimo de abandono, de desidia, de gente buscando hacer una changa y de tristeza.

En la edición del 3 de abril de este año en un reporte similar Infopuerto señalaba “que la vasta zona que se extiende desde la avenida Juan B. Justo hacia el sur, hasta el límite con Miramar, es alarmante la situación que se vive, ante la poca actividad de la industria del pescado( que era la principal generadora de empleos de los que se afincaron en la zona), la falta de oportunidades laborales y la inflación que hace que lo poco que se gane no rinda para llegar a vivir dignamente.”  y hoy, seis meses después, la situación empeoró lamentablemente.

La mala administración de los recursos, la falta de iniciativa de los gobernantes y la desidia en otros casos lleva a muchos argentinos al peor de los estados: la pobreza.

En los puertos bonaerenses se recrudece esta situación, donde otrora eran el horizonte de muchos que ante el poco trabajo, o la meta de prosperar emigraban de sus ciudades o pueblos para ir a trabajar al puerto.

Este panorama se repite acrecentado en los puertos de  Mar del Plata, Dock Sud, y  de General Lavalle, lugares que reflejan con más crudeza la realidad de estos datos,  se puede advertir la pobreza en sus calles, con locales cerrados y se nota la tristeza en los ciudadanos.