La espera de los familiares de los 44 tripulantes  que aguardan por la verdad constituyen el panorama actual de la desaparición del submarino ARA San Juan de la Armada Argentina, perdido hace más de 360 días. Dos días después de haber informado su última posición, el Gobierno argentino reconoció el extravío de la nave, y activó el protocolo SAR para la búsqueda y rescate de embarcaciones.

 El Poder Ejecutivo solicitó ayuda internacional y navíos de Argentina, Alemania, Brasil, Chile, Colombia, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Noruega, Perú, Uruguay y Rusia participaron de un operativo que se desplegó en un área de más de casi 500 mil kilómetros cuadrados.

Con las operaciones en marcha, el 23 de noviembre, el vocero de la Marina, el capitán de fragata Enrique Balbi, informó a la prensa que la Marina de los Estados Unidos y la Organización del Tratado para la Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (CTBTO), con sede en Viena, Austria, habían detectado «un evento anómalo, corto y consecuente con una explosión/implosión» en la zona por la cual navegaba el sumergible.

En los últimos días de noviembre, el Gobierno anunció oficialmente que no había posibilidades de encontrar sobrevivientes y que se había cubierto la totalidad del área de búsqueda. Sin embargo se negó a declarar duelo nacional hasta no tener al menos una fotografía del ARA San Juan hundido en el fondo del mar.

El ministro de Defensa, Oscar Aguad, dispuso a fin de 2017  el pase a retiro del Jefe de la Armada almirante Marcelo Srur quien  por el vicealmirante José Luis Villán, y su reemplazo por el vicealmirante José Luis Villán, todo esto mientras se conformaba una Comisión Bicameral.

A los pocos días de ocurrida la desaparición de la nave, se inició en el juzgado federal de la ciudad santacruceña de Caleta Olivia una causa por averiguación de ilícito que quedó a cargo de la jueza Marta Yáñez.

Con la representación de Luis Tagliapietra, padre de Alejandro, un teniente de corbeta que tripulaba el sumergible, un grupo de familiares de los marinos del ARA San Juan se presentaron como querellantes en la investigación

 Pese a los pedidos de las querellas, la jueza aún no formuló imputaciones.   «Sería fundamental localizar la nave, o al menos tener imágenes que arrojen datos que puedan ser peritados», señaló Yáñez al diario La Nación.

 Asimismo, la magistrada descartó que la nave haya sido objeto de algún ataque militar, una posibilidad que fue desestimada antes por el Gobierno argentino y la Armada.

«No se encontraron indicios de un ataque como manchas de aceite o restos de la nave. Creo que es algo que tenemos que descartar» dijo el perito naval Fernando Morales, oficial de la Marina Mercante, y añadió que en ese sentido considera que puede ser acertada la hipótesis de una avería en la válvula Eco-19 del submarino, ingresando agua por esa válvula de ventilación, ocasionando un desperfecto o un cortocircuito en las baterías y la generación de gases que afectaron a la tripulación.  

Con esta hipótesis es la que trabaja un grupo de expertos convocados por la Armada y que presentaría en los próximos días a la Comisión Bicameral del Congreso que investiga la desaparición del submarino.

Asi mismo Morales expresa que » de todos modos, nada se sabrá con certeza hasta que sea hallado el submarino«

El operativo para la búsqueda del submarino comenzó  el 7 de septiembre, a cargo de la empresa Ocean Infinity de EEUU, contratada a tales fines por el Gobierno argentino. El buque Seabed Constructor, equipado con alta tecnología es el que estaba abocado a la búsqueda,  pero en los próximos días se retirará a Sudáfrica para que le efectúen reparaciones que ya estaban programadas, mientras tanto el Ministerio de Defensa negocia con la empresa una continuidad de la búsqueda que podría comenzar en el mes de  febrero  y extenderse hasta abril. (Télam)