- Opinión

Qué pueden hacer  los puertos para contribuir con la reducción de gases de efecto invernadero

El informe «Reducuiendo las emisiones de gases contaminantes en el shipping: lecciones de incentivos portuarios» resume las iniciativas que los distintos puertos de todo el mundo tomaron para atacar el cambio climático, como por ejemplo “tarifas ambientales” o reducciones de tasas en función de las emisiones de los buques recalados.

Destaca, entre los 100 puertos con medidas de esta naturaleza, al Puerto de Buenos Aires , que adhirió al Ïndice Ambiental de Buques (ESI) y al «Premio Verde»(Green Award)  , por lo que otorga descuentos de entre 5 y 10 por ciento a la tasa de buques y cruceros según un puntaje acordado internacionalmente.

Las emisiones de gases de efecto invernadero por parte del shipping representan el 2,6% del total global, pero esta participación podría más que triplicarse hacia el  2050 si no se toman medidas que ayuden a acelerar la transición en el sector, destacan en dicho informe.

Muchas de las medidas para mitigar el cambio climático se concentran en el diseño de los buques y en sus operaciones. No obstante, los puertos juegan también un rol crucial para facilitar la reducción de las emisiones de gases, señalando, sobre todo, los incentivos económicos que los puertos ofrecen, y pueden ofrecer a la industria naviera,evaluando su impacto

El incentivo financiero más común adoptado por una gran parte de los puertos se refiere a las “tasas ambientales diferenciadas”. Ya existen en al menos 28 de los 100 puertos más importantes en términos de volumen operado y contenedores.“En la práctica, vemos una reducción de las tarifas que los puertos cobran a aquellos buques amigables con el medio ambiente, que se basan en un índice ad hoc o se remiten a características particulares de los buques”

A modo de ejemplo, la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) otorga prioridad de atraque a los buques “más verdes”.  En España se  incluyen parámetros medioambientales  en las licitaciones o licencias otorgadas a los servicios de remolque en puerto. En Shanghai (China), tienen un esquema que sopesa nivel de emisiones y volumen de comercio en el cabotaje marítimo.

Todavía es poco lo que se conoce del verdadero impacto de estas iniciativas. La información pública respecto de cuántos buques cumplen con estos esquemas es muy poca, casi nula, y no existe  aún ningún puerto que haya demostrado la reducción de las emisiones de gas de efecto invernadero como resultado de las políticas económicas y ambientales adoptadas.

No obstante, destacan que el dato más certero es el que aporta el complejo portuario de Los Ángeles y Long Beach, en Estados Unidos, que instrumentó un esquema de reducción de velocidad en los barcos que se acercan al puerto, para reducir así la contaminación.

Aún así, todavía es bajo el número de puertos con iniciativas que favorezcan la reducción de emisiones. Y donde existen, son “pocos los barcos que se benefician con estos incentivos: menos del 5%”, destaca el informe presentado en Ginebra, Suiza.

“Es más, la diferencia en las tarifas entre buques limpios y contaminantes es baja: ronda entre el 5 y el 20 por ciento”, subrayan.

A pesar de felicitar las medidas adoptadas por los puertos que lideran la avanzada ambiental, el organismo que trabaja por la “descarbonización del shipping” duda de que los puertos sean hoy realmente “un factor (de ahorro ponderable) que estimule a los armadores a construir buques más amigables con el medio ambiente“.

“Sin embargo, pueden ayudar en la transición. La primera lección que arrojan estos incentivos económicos es que los puertos están asumiendo su rol“, indica el ITF, tras agregar que estas medidas adoptadas por los puertos “permiten deducir que se necesitan intervenciones de mercado para una operación más limpia”.

Se espera no sólo incentivar con reducciones de tarifas, sino que se  sugieren “tarifas más caras” bajo la premisa “el que más contamina, paga más”. No obstante los especialistas reconocen que mientras muchas autoridades portuarias son propensas a subsidiar a los barcos verdes, también son “esquivas” a aplicar tarifas ambientales diferenciadas que castiguen a los buques “más sucios”.

 

 

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